¡Hola!
Siempre que publicamos en nuestro blog lo hacemos con mucho cariño y orgullosos de un trabajo hecho con el corazón. Pero el de hoy es más especial.
La fotografía la entendemos como algo natural, reflejo de la forma que vemos el mundo. Detalles, detalles, detalles… La vida la forman los detalles. Eso es lo que nos mueve a fotografiarlos. Capturar esas pequeñas cosas que con el paso de los años, hacen que regreses a la época que fueron tomadas.
Las imágenes que os presentamos son especiales porque son de nuestra propia familia. Nos juntamos tantos como nunca lo habíamos hecho. Y lo hicimos en homenaje a los que ya no estaban presentes compartiendo mesa y mantel, pero sí en nuestro corazón.
Entre melancolía y recuerdos, los más pequeños se pusieron a correr, a tirarse en el suelo, a jugar entre los tomates, a bañarse en un pozo… El sol salió para todos. Fuimos corriendo a casa a por la cámara porque ahí estaban esos detalles que dentro de muchos años nos reconfortarán y nos hará recordar que la vida sigue y que los pequeños nos muestran el camino: jugar, ser curioso, ensuciarse, disfrutar de la inocencia… ser felices con lo que se tiene.
Este post se lo dedicamos a la persona que nos enseñó que la vida nace en la tierra y se alimenta con las personas. Te queremos, secretario.
