No es la primera vez que nos invitan a una boda en los Viñedos del Contino, pero tenemos la suerte de que cada vez que nos toca repetir un lugar, sea una experiencia única.

Ana e Iñigo nos enseñaron cómo a tomarnos las tardes de verano con calma y a disfrutar de cada momento sin prisas. Desde los preparativos con los novios, ella vestida con un maravilloso vestido de Helena Mareque de manga larga y espalda descubierta, hasta las sesiones que tuvimos con ellos antes y después de la ceremonia. Por supuesto, el vestido no podía estar mejor elegido, ya que quién mejor que una diseñadora para que la elección fuese perfecta.

También vimos a Ana lucir otro de esos detalles que nos encanta que le den sentido a la ocasión. Y es que el ramo que lucía tenía una base de hojas de parra para hacer su homenaje a La Rioja y sus viñedos. Una de esas decisiones que hacen que nuestras fotos mejoren muchísimo, como podéis ver en aquellas en las que están rodeados de parra con su ramo en las manos.

Pero es que el homenaje estaba más que justificado, ya que pudimos disfrutar del lado más tranquilo de La Rioja gracias a los Viñedos del Contino, un lugar inmejorable para aprovechar la luz del verano y a la vez unas instalaciones con una estética clásica y sosegada que reflejaba a la perfección el ambiente de este día.

La ceremonia, que tuvo lugar como toda la boda en los Viñedos del Contino, fue íntima y emotiva, como se podía esperar de esta celebración. Hasta pudimos ver a Íñigo dejar caer alguna lágrima por todas las palabras que les dedicaban.

Después de la sesión de fotos postceremonia los novios acudieron al banquete, montado en dos largas mesas entre los viñedos. No es muy común ver un banquete en medio de la naturaleza en plena noche, pero nos encanta que nos sorprendan en cada boda y que las decisiones no se tomen porque sí, o porque es “lo que toca”. Y eso Ana e Íñigo lo tuvieron claro para hacer que el día fuese suyo.

Igual que el baile después del banquete, que lejos de ceremonias complejas y llena de lujo decidieron hacer una fiesta que recordara a las verbenas. Con banderines, al aire libre y con su música preferida.

Porque desde luego, que el primer baile sea con Creep de Radiohead, no es una decisión convencional o “lo que toca” en una boda, pero es lo que debían hacen para que el día fuese realmente suyo.
Sólo podemos agradecer a los novios darnos una boda en los Viñedos del Contino que no olvidaremos. Es genial ver una pareja disfrutar de la tranquilidad que se dan y cómo nos lo transmitieron a nosotros.


Ana + Iñigo, boda en los Viñedos del Contino

Vestido de novia de Helena Mareque

Ahora os toca a vosotros