Quiero saber qué hago bien y, sobre todo, qué hago mal.
Si tú estás aquí es porque también quieres una segunda opinión sobre tu trabajo. Eso es bueno. Está bien pedir opinión a alguien que puede ver las cosas con distancia.
No hay errores «objetivos». Y nosotros no podemos evaluar nuestro trabajo con objetividad. Las fotos que hacemos son personales. Sabemos la historia que hay detrás de esas imágenes, lo que nos costó hacerlas o editarlas.
Y eso nos impide ver nuestro trabajo con perspectiva.
Por eso te hago una promesa:
Te daré caña.
Te diré lo que está mal.
También diré lo que estás haciendo bien, lo que puedes reforzar y lo que puedes valorar modificar. Siempre desde mi punto de vista. Y siempre para mejorar.
¿El objetivo? Incrementar tu valor como fotógrafo profesional y ayudarte a ser más atractivo para tu cliente potencial.
Nuestro compromiso es de un mínimo de 40 minutos. Depende de los casos puede que la duración sea algo mayor.
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Voy a volcar todo lo que he aprendido en mis años como fotógrafo de bodas en ayudarte a mejorar tu web y tu portfolio, para que tus clientes vean lo que vales.
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